Pasó el 20 de mayo, aniversario de la República y, si algo se escribió o dijo en los medios oficialistas fue para, una vez más, vituperarla y hacer leña de la misma, achacándole todos los males posibles y algunos más. Además de denominarla
seudorepública, república mediatizada y neocolonial, el plato fuerte fue calificarla de no independiente, precisamente por la existencia de la Enmienda Platt durante más de tres décadas, hasta que fuera abolida en los años treinta, por acuerdo entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos. Esta historia, manipulada ideológicamente ya es bastante conocida. Según ella, Cuba fue verdaderamente independiente sólo a partir de enero de mil novecientos cincuenta y nueve.
Sin embargo, la aseveración no es totalmente cierta: se obvian la "enmienda Breshnev", que durante más de treinta años también (hasta la desaparición de la URSS), la mantuvo bajo la égida soviética y, posteriormente la "enmienda Chávez", que se extiende hasta nuestros días. Durante la primera, Cuba tampoco fue independiente, ya que sus actos y su política respondían, en primer lugar, a los intereses soviéticos, con hasta un artículo de sometimiento en la Constitución de mil novecientos setenta y seis, y durante la segunda tampoco, pues respondía a los intereses del llamado "chavismo", una mezcla de populismo y antinorteamericanismo.
O sea, que si antes, según la propaganda gubernamental, no lo fue, después tampoco lo ha sido. Así de simple.