Por: Jeovany Jimenez Vega.

Ahora dirán que soy un desalmado, que nada de mérito hubo en mi pasado, que todo en mí fue pura mierda. Intentarán demeritar hasta mi sombra, dirán que no soy más que un tipejo que engañó a sus compañeros e insistirán en su mentira como aferrados a una tabla de náufragos. Con el dedo acusador, como de costumbre, señalarán al renegado que hoy se codea con disidentes y bloggers incendiarios, pero fueron precisamente ellos quienes me trajeron a conocer a Yoani y a Reinaldo, a Orlando Luis, a Agustín, a Joisy, a Laritza, a Mirian, a Vallín, a Dagoberto y a otros que ni siquiera conocía entonces que existieran, y fue por culpa de ellos que me asomé a este mundo de irreverentes y contestatarios que asumen todos los riesgos de vivir con sus verdades a cuestas en un país que solo premia la indolencia y la mentira; fueron los acusadores, y nadie más, quienes me trajeron a inaugurar Ciudadano Cero.

Reza la sentencia que la defensa está permitida, y ahora sólo me alcanza el ánimo para recordarles que fueron precisamente ellos quienes me obligaron a dar el primer paso. Ellos saben que aquel joven que en 2005 se dirigió a su ministro, ya se había desangrado por todo aquello que creía desde que aprendió a balbucear apenas el nombre de los barbudos. Ahora soy el anticristo pero, aunque lo oculten, saben que antes de aquel mayo fatídico en que Fidel anunciara públicamente que solo nos merecíamos un "aumento salarial" de menos de 2 dólares al mes, este cubanito había dejado ya mucha salud y los mejores años de su juventud – o lo que es lo mismo, de su vida – militando en la dirección de la FEU, la UJC y luego en su propio Partido; que no fue gratuito ser elegido en septiembre de 1995 para viajar a París como parte del Proyecto de Intercambio Juvenil "Pasaporte Mundo", auspiciado por la municipalidad de Saint Denis; que solo por coyunturas muy puntuales, que no vienen al caso, no fui condecorado por aquellos años con la Orden Julio Antonio Mella, para la cual fui candidato por este mismo Guanajay que hoy presencia como me consumo lentamente, como se consume en silencio la parafina para mantener viva, hasta el último momento, la dignidad de la llama.

Así las cosas, cuando desaten la jauría sólo les depararán estas preguntas: ¿a quién inhabilitaron hace 5 años, al irreductible Ciudadano Cero que habla desde Voces Cubanas o al militante comunista que quiso ser consecuente y sincero? En esta historia ¿qué fue causa y qué consecuencia? ¿Quién lanzó la primera piedra? Buscando estas respuestas, no me caben dudas, todos los dedos señalarán hacia La Habana.

Nota: Este post fue programado desde el lunes 19 de marzo de 2012.